Ciudad y Bicicleta

El curso de las ruedas

La ciudad y la bicicleta están irremediablemente ligadas por su esencia, tanto una como la otra se nutren de lo que las crea y les da vida: la gente y el movimiento. Para la bicicleta., las personas son sus pasajeros y a la vez son su motor; y su uso, no es más que una necesidad humana de transportarse en la ciudad, la cual no seria nada sin la presencia de gente que se relaciona y se moviliza en el espacio público.

Dentro de este espacio público, las calles son el medio por el cual las bicicletas circulan. El suelo se convierte en una superficie activa, un plano construido especialmente para esa función, obviamente compartido con los autos, ya que las bici-sendas son poco comunes en la mayoría de las ciudades. Lo que tiene que ver con el hecho de que no existe una cultura del uso de la bicicleta en nuestros países latinoamericanos. La concepción de progreso esta asociada a la obtención de un auto, mismo siendo el medio de transporte más caro y de ahí la necesidad de hacer calles más grandes y más estacionamientos. Fuera de eso, la ampliación de la ciudad hacia la periferia – ya sea por los altos valores de suelo que expulsa a los de menores recursos o porque los de las clases altas buscan otras condiciones de vida- genera una ciudad dispersa y dificulta las posibilidades de ser recorrida por la bici.

En un momento como el actual, donde los recursos no renovables, la polución y  la cuestión climática se han convertido en desafíos globales para resolver, darle una mayor prioridad al tránsito ciclístico parecería ser un paso obvio a dar. Se necesitan ciudades que ofrezcan buenas condiciones para andar en bicicleta, y hay numerosos ejemplos de urbes donde seria barato y sencillo llevar adelante este tipo de iniciativa. (Jan Gehl, 2010)

Mas allá de las condiciones y condicionantes del medio, al poner a funcionar todos los sentidos para accionar pedales, cadena y ruedas, la ciudad emerge como una estenografía en movimiento. Les aseguro, la diversión es gratuita e interminable; refleja la capacidad y la iniciativa personal para proponer nuevos recorridos y formas de vivir la ciudad, sentir sus aromas, percibir sus colores al salir de la capsula aislada que el auto propone y vivenciar la mutabilidad del curso de las cosas. 

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Los cuerpos dóciles


A la rueda, corazón
para llegar
para estar
para ser
desde la rueda
la ciudad gira
avanza la calle
se curvan las piernas
se quiebra el torso
los brazos, dirigen
la cabeza, conduce
la cadera, sostiene
transmutados en bicicletas
nos movemos, conducidos
o inducidos
por la lluvia
por los aplausos
por los rayos
que nos atraviesan
y nos impulsan
a la acción.

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