Una brisa leve
Cuantos laberintos se entrecruzan, se
mezclan y se pierden,
nadie lo sabe
En esa muralla de casas apiladas
entre los agujeros
del alambre tejido que separa una realidad de otra
Miles de ojos que observan la vida que
transcurre bajo sus pies,
tan distinta
A través de cables enmarañados
A través de cables enmarañados
y una montaña de ladrillos
que empiezan en donde
termina la calle,
donde se duplican las
puertas y crecen las familias
Quien prefiere no verla
es porque nunca tuvo que escalarla
Porque puede alejarse,
ajeno a esa realidad con la que convive
No es que no quiera,
No es que no quiera,
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